martes, 14 de febrero de 2012

¿Dónde estas?


Quiero aprovechar este 14 de Febrero para que os paréis a pensar en como seria vuestra pareja ideal, ese amor perfecto, que en algún lugar creemos que estará...

¿Quién no ha pensado nunca en su media naranja? Ese ideal que creemos inalcanzable, por su propia perfección, y que solo en los sueños podemos disfrutar, ese hombre o mujer utópica, tan perfecta que es casi imposible describir. Bien pues yo os hablare de la mía, mas allá de una descripción física u objetiva, mas allá de pasar detalles por alto, mas allá de los sueños.
No creo en ese tipo de perfección, pues lo perfecto para mi, está en los pequeños detalles de cada uno, incluso en las imperfecciones, ya que hay que saber lo que es dolor, para saber valorar plenamente el amor, y sin discusiones no habría reconciliaciones, que también guardan su encanto, yo no sabría disfrutar de un ideal perfecto, y tampoco lo busco. En mi ideal imperfecto aspiraría a algo mucho más complicado que eso; una mujer madura, pero con un toque infantil para poder disfrutar de su risa, pues para mi es algo tan vital como el aire, sensible, pues en la facultad de sentir se halla algo mucho más agradable que la propia perfección, agradable, y tan dulce que hasta los caramelos la envidien, que sea sabia, pero no del todo, ya que también es bonito aprender de los errores, que la sinceridad, aunque este manchada de mentiras, sea algo primordial, amante de la lectura, la música, y los pequeños detalles que me hacen feliz, sana por encima de todo, con un alma congénere al mío, filosófico, melancólico, bohemio y soñador, que no sea fría, y que con el brillo de sus ojos logre apagar cualquier lagrima, y encender una sonrisa, que su esencia cuando pase por enfrente de mí, me recuerde a la brisa del mar, interesante y sorprendente, sencilla, sin miedo a equivocarse, pero actuando con prudencia, con la habilidad de quitarme el habla con sus besos, y la respiración con sus pensamientos, razonados y meditados. Que seamos como el aire en un suspiro eterno, que ansié conocer, viajar y disfrutar de las personas, en vez de cosas materiales, que me conozca tan bien como a ella misma, que guarde siempre un beso de buenas noches y otro de buenos días, que nunca se esconda, pues ella no tiene nada de lo que avergonzarse, se acepta tal como es, y que todo eso lo guarde en el más bonito cuerpo jamás descrito.
Quizá sean demasiadas las condiciones que hay que poner a un amor inalcanzable, por eso hay que saber aceptar y disfrutar esas pequeñas imperfecciones que hacen que el amor acabe siendo perfecto.

Manuel Acón Saiz (Nel)

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