martes, 4 de septiembre de 2012

10 DE SEPTIEMBRE, NUEVA MAQUETA

LUZ DE ESPERANZA


Hago esto porque creo que en todo mal siempre hay un motivo que te lleva a creer que todo puede cambiar, que todo puede ir a mejor. Porque cualquier problema humano, por grande que sea, siempre tiene una solución, que a veces nos gusta y a veces no, que a veces la podemos llevar a cabo y otras no, que a veces parece intangible cuando en realidad es mas que factible.

Un problema es una simple concepción formada por una persona sobre un suceso en la vida. Dependiendo del punto de vista desde el que se mire el asunto, un problema puede resultar no serlo, incluso puede llegar a ser lo contrario, algo de provecho para ayudarte a madurar como persona. Por eso, ante todo, hay que mirar todo lo que nos rodea positivamente para conseguir llevar una vida menos preocupada y más feliz.
Como dije antes, los problemas humanos siempre tienen una solución. Los que son inevitables son los problemas de la naturaleza, como muertes, enfermedades, que son superiores a la capacidad humana. Pero los conflictos humanos siempre tienen una solución, pero paradójicamente, estos son los que causan más dolor, debido a que el ser humano tiene la capacidad de raciocinio, pero inevitablemente unida a la moralidad y los sentimientos.
En el campo de la política las soluciones parecen a simple vista volverse más turbias. Pero en medio del barrizal, se pueden distinguir dos cosas bien claras. Todo el bien tiene que ser para todos y todos tienen que luchar por el bien de todos. Cada persona es soberana de si misma, pero no del otro. Somos individuos, pero individuos que forman y crean una sociedad. Y una sociedad se basa en integrarse, interactuar y sobre todo, compartir. Por eso mismo, todo bien tiene que ser para todos, y esto nos lleva irremediablemente a pensar que si todo el bien tiene que ser para todos, entonces también tendrá que ser proporcionalmente equitativo, por tanto, todo el mundo, el pueblo, debe tener el poder. Y justamente para conseguir esto, es necesario que todos luchen por el bien de todos. En cualquier sociedad siempre hay unos privilegiados que únicamente piensan en sí mismos, lucrándose y enriqueciéndose a costa de tener las manos manchadas de la sangre invisible de las personas que sufren su codicia. Por tanto, el pueblo tendría que luchar por el bien de todos. Solo entonces, cuando el pueblo haya luchado por el bien, y haya conseguido que todo bien sea para todos, se podrá observar un resquicio de luz de esperanza.

Bruno González Lázaro (Zalez)