jueves, 20 de febrero de 2020

THE SHOW MUST GO ON


Ataques de pánico,
culpa
fobia social
ansiedad
insomnio
tentativas de suicidio
odio, ira, malestar,
depresión
pastillas
alcohol
cárcel
multas
represión
pero todavía no sé cómo se llora a una madre perdida.


Ojos que no se abren
puñaladas
heridas
infidelidaz
y hospitales
cuidando a mi hermana
de quitarse la vida,
pero nunca he crecido
con silencio en mi casa
ni hambre ni peste
ni tíos adictos el crack que disfruten violándome.

He sido estorbo
inútil
decepción
y cuando el espejo del pasado me ha mirado fijamente algunas noches
he visto rencor y tristeza,
no orgullo
ni medallas.

Y aunque sepa de memoria cuál es el camino más largo hacía el olvido
a qué sabe no quererse
y el tacto húmedo de una sombra que no se va,
algunos días,
el daño también concede treguas, perdona, se aclara
y quiero amar apasionadamente la vida y sus estorbos.

me digo

alguien tendrá que cargar con la responsabilidad de tanto dolor repartido
que convertir la sangre en lecciones
algo quedará que no hiera después de todo.

Y me echo a cuestas el mundo
me enderezo
me vuelvo aprendiz del llanto
y sonrío
como quien tira confeti en un funeral interminable.


NADA

Llegué tarde para fumar marihuana en el Woodstock
y embarrarme los pies.

Nunca fui a Oxford
Cambridge ni a la guerra de Vietnam.

No lancé cockteles molotov contra Pinochet
ni contra Franco,
ni siquiera pude llamar hijo de puta a Hitler en Reichstag
antes de que se consumiera como judíos en sus cámaras de gas.

No he perforado el cráneo de ningún semejante
con cualquier arma
en cualquier guerra
por ninguna razón coherente.

Podría haber sido el hijo de cualquier noble,
convertirme en doctor, astrólogo o académico
de la lengua,
perfilar palabras hasta pulcrar el lenguaje
hablar
sobre la importancia del tono, la cadencia, el ritmo, la buena ortografía...
o dar aburridas conferencias sobre como Verlaine cogió neumonía en los suburbios de Francia
dando por el culo a Rimbaud,
pero tampoco.

Fue un reloj roto y mi insomnio quien golpeaba mi cuarto a la madrugada
y no la balacera constante de la Fabela de Roncinha.

Mis manos
no ayudaron a poner cuerdas en cuellos de estatuas
que merecían ser sólo piedra.
Ni acariciaron con lástima
la espalda recostada de las madres que entierran a sus hijos.

Nunca lloré por el páncreas destruido de mi padre
ni tuve que ver pedazos de mis hermanos repartidos en la alambrada.

Las veces
que corrí delante de la policía
no tuve miedo de morir ahogado en mi propio vómito.

No miré con lástima y lejanía
ningún país desde el exilio .
Ni comí sopas de ajo
mientras bombas traspasaban niños a mi alrededor.


Entonces.
cómo es posible este daño
esta descarnada herida pudriéndose como ponzoña ante mi,
dejándome ausente,
este reguero de ausencias
este agujero tan profundo
esta pena tan sucia y malgastada
esta vida tan mía
y a la vez
tan de todos.

Cómo es posible esta desgana escondida en la rutina,
esta continuidad de nadas,
este vacío.

Qué sentido tiene todo este circo que he construido a mi alrededor
qué orgullo habrá detrás cuando todo esto termine
y cuenten más de mí las páginas en blanco
que aquellas emborronadas.

Qué quedará de todo esto
cuando, al fin, se cierre el libro
y no haya más que polvo

sobre mi tumba.

domingo, 16 de febrero de 2020

IMPOSIBLE

Yo tampoco quise ser tanto
ni para tanto.

Sólo un recuerdo del que sentirse orgulloso
cuando el telón se cierre
y no quede nadie para aplaudir este absurdo intento de intentos que protagonizamos.

Un sonido
que te haga recordar que hubo días menos vacíos
y una mano que te amó sin preguntas
ni abandono.

Nunca esperé ser más
de lo que tu quisiste.
Ni menos
de cuanto entregué.

Y, sin embargo,
las miradas tan puras y limpias
los silencios cargados de complicidad
y cada pequeño gesto de inmortalidad que te regalé
parecen hoy nubes que nunca existieron
en un cielo donde aprendí a volar.


Y no llego, no quiero,
no alcanzo a entenderlo.

Es imposible.


Me niego a creer que correrme en tu pecho
fue lo más cerca que estuve
de tocarte

 el corazón.



XV

"La tristeza es causada por la inteligencia. 
Cuanto más entiendes ciertas cosas, más desearías no comprenderlas."

Charles Bukowski. 




Esas cosas pasan.

Un día te levantas sin saber quien eres.

El teléfono suena para decirte que no te quieren.

Sales a media noche buscando a tu chica
mientras ella besa a otro.

Se muere tu abuela cuando no te viene bien.

Tu hermana se envenena con un bote de pastillas
por un imbécil al que ya no le importa que lo haga.

Apenas te habla tu padre y tu madre
te echa tanto de menos que no sabes cómo volver.

A veces, te sientes solo
y lloras una pena honda y larga
que parece no cerrarse nunca.

Las cosas se te caen de las manos

pierdes a tus amigos de siempre

no sabes cómo llenar los días

y sobrevives las noches.


La ansiedad te muerde el cuello

la droga se lleva a otro

y no llegan los mensajes
las ganas
ni los sueños
por los  que pacientemente esperas.



Pero esas cosas pasan, me digo, me cuento, me repito,

intentando, al fin, creérmelo.