miércoles, 10 de octubre de 2018

PADRE

"Mi padre olía a sudor, a honradez, pobreza..."






A las cinco de la mañana me levantaba de la cama.

Ya que no quieres estudiar, sabrás lo que es trabajar.
Me decía.

Y aún sin abrir los ojos, resentido,
me subía al coche
intentando ganarle algunas horas más al sueño.

Al final del día,
como con plomo entre los huesos, medio muerto,
tan sólo alcanzaba a pensar qué sitio me esconde el mundo
lejos de pupitres o de palets,
y no acertaba.

Es hoy,
años después,
cuando él se queja
y es a mí a quien le duele la espalda,
hoy,
que en el espejo hay más de él que de uno mismo
y entre mis lágrimas
aún se ve
el sudor amargo de su frente

que lo entiendo

y sólo me queda
devolverle el favor

y las gracias.




1 comentario:

  1. Para vosotros. Que bonito es de leer cosas haci, que reconocimiento ! Muchos besos de nosotros dos. Con carino

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