Me toca de cerca tu ausencia cuando me sorprenden pieles
extrañas prometiendo vicios,
y no me niego ante el ansiado privilegio de bajar unas bragas
por la absurda razón de demostrarme que puedo hacerlo
y la triste certeza de saber que ya no te importa que lo haga.
por la absurda razón de demostrarme que puedo hacerlo
y la triste certeza de saber que ya no te importa que lo haga.
Luego, busco consuelo en intentar creer que una colección de
cuerpos difuminados
conseguirá borrar tus arañazos de mi espalda,
y soy feliz en cada segundo que lo consigo sin intentarlo.
conseguirá borrar tus arañazos de mi espalda,
y soy feliz en cada segundo que lo consigo sin intentarlo.
Porque quién sabe si entre tanto tráfico desorientado,
tantas noches de ausencias y vicios,
un día despierto y es tu cuerpo desnudo el que acaricio
sin tener que imaginarlo.
tantas noches de ausencias y vicios,
un día despierto y es tu cuerpo desnudo el que acaricio
sin tener que imaginarlo.
Y vuelve a esta ciudad gris el olor a verano,
y a mi vida la razón para no echarte de menos,
y a mis manos un motivo para volver a creer en dios,
y a tu olvido, un recuerdo que te diga:
y a mi vida la razón para no echarte de menos,
y a mis manos un motivo para volver a creer en dios,
y a tu olvido, un recuerdo que te diga:
Aquí estoy, no estoy
muerto.
Todavía.
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